Abstract: | RESUMENEn este artículo se analiza cómo el desarrollo psíquico va unido al desarrollo motriz. La progresiva autonomía motora del bebé es el medio crucial de exploración del entorno e imprescindible para su concienciación progresiva. La explicación parcial de la motricidad en términos biológicos (o neurobiológicos) es simplificadora, pues no puede disociarse de la socialización. El acto motor en el niño depende del medio social, es la mediación del adulto a través de la comunicación quien le guía. Hasta adquirir la motricidad ideacional el niño debe integrar dialécticamente muchos otros factores del desarrollo. La ontogénesis de la motricidad no puede entenderse si no es dentro de las experiencias conservadas de generaciones precedentes, nuestra herencia social. La adquisición social del lenguaje está en estrecha dependencia con la motricidad, en especial con el juego y la imitación. Es a partir de fenómenos externos que le proporcionan los demás como el niño evoluciona hacia una experiencia individual propia que le permite su desarrollo cognitivo. De esta forma percepción y acción no se excluyen entre sí, sino que entre ambas existe una retroacción indispensable para el aprendizaje y el comportamiento. |