Abstract: | La gran muralla del ordenador para los educadores ha sido que imponía el juego que Goethe achacaba a los matemáticos: lo traducen todo a su idioma y ya se trata de algo distinto inasequible para la generalidad de los mortales. La informática separaba a los educadores de la informática. Los lenguajes «de autor» que traducen las posibilidades del ordenador a pautas de acción expresadas en códigos sencillos y naturales y que sirven para producir cursos, lecciones o didácticas fácilmente, permiten por primera vez que el educador pase a ser protagonista y no el anfitrión de una visita inoportuna, del papel del ordenador en educación. |